Cuando las arterias coronarias obstruidas parcialmente por placas de colesterol o totalmente en forma súbita por un coágulo, producen angina de pecho o infarto de miocardio respectivamente, puede estar indicada una angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP), llamada simplemente angioplastia coronaria.
El procedimiento Básicamente se trata de remodelar (angioplastia) el vaso taponado (coronaria) desde dentro del propio vaso (transluminal) al que se accede a través de la piel (percutánea). Todo ello se hace con anestesia local, con el afectado despierto.
Tras una inyección de anestesia local en la ingle o en la zona del hombro, se introduce en una arteria de la pierna o del brazo un tubito hueco y flexible llamado catéter guía. Guiado por un monitor de TV que muestra una imagen radiográfica del catéter avanzando por el vaso, el médico lleva el catéter hasta la arteria coronaria estrechada.
Una vez allí se inserta otro segundo catéter, más pequeño, dentro del catéter guía.
Este segundo catéter tiene un globo hinchable en la punta, que se infla alrededor de medio minuto para ensanchar la parte ocluida de la arteria; cuando está inflado, se puede notar dolor anginoso, que desaparece lentamente al desinflarlo.
Después se retira el catéter globo, y vuelven a hacerse radiografías (inyectando un contraste radioopaco a través del catéter guía) para ver cómo ha mejorado el flujo. Todo el proceso se completa en 30 a 90 minutos.